jueves, 17 de febrero de 2011

Capitulo 5: Menta.

En clase no presto atención. Me coloco un auricular por debajo de la ropa, de manera que no se vea. El profesor habla mientras yo escucho una canción titulada Born again de Ricky L y MCK(rmx). Espero impaciente la hora del desayuno, a media mañana para explicarles lo ocurrido a mis amigas. Justo cuando suena el timbre, Emily y Rachel se acercan a mi mesa.
-¿Nos lo puedes explicar todo?- dice Emily.
-Si.
-¡¡¡Venga!!!
Cojo todos mis libros y de camino hacia la taquilla les explico:
-Bueno, ayer Jake me dejó una nota encima del coche. Decía que le habíais dado mi teléfono a él- las miro.
-El chico estaba interesado- responde Rachel con una sonrisa.
-Total, que fui a recoger a mi hermano a béisbol porque todo el mundo estaba ocupado, menos yo, según mi madre. Allí conocí a Kevin, el entrenador de mi hermano. Da la casualidad de que juega en el equipo del instituto. El chico es simpático, pero es un poco pesado. Pero parece majo- añado para quedar bien delate de mis amigas.-Bueno total, que sacando los libros de la taquilla, para intentar quitármelo de encima tiré una libreta, sin darme cuenta de que estaba llena de hojas sueltas y Jake pasó por allí. La verdad es que no sé de donde salió pero empezó a recoger mis hojas. Se peleó con uno que estaba por allí pisando las hojas y me metí entre ellos, no quería verle pegando a alguien, me habría decepcionado- no lo quería imaginar.
Rachel y Emily tenían cara de sorpresa
-¿Te han castigado?- pregunta Emily.
-Si. Ayudando a las fiestas del instituto. Tendré que asistir a todas. Me han jodido bien.
-Bueno, eso no es para tanto, las fiestas están bien- comenta Rachel.
Rachel siempre ha sido como la típica adolescente de película, coqueta. Emily es diferente de ella, pero en muchos aspectos parecida. Emily es la chica que no se da cuenta de que la miran, que hay alguien a quien le gusta, es inocente pero a la vez, tiene mucha picardía cuando quiere. Aunque nadie supera el desparpajo y el humor de Rachel.
Llegamos al patio y nos sentamos en el césped, hoy hace sol. La gente de nuestro alrededor habla, ríe, cotillea, disfruta de su descanso... Nosotras seguimos hablando.
-Bueno, dejemos el tema- me apresuro a decir antes de que continúen hablando.
-A Emily le han tirado la caña- dice Rachel riendo.
-¡Qué dices! ¿Quién?
-No me han tirado la caña. Es un pesado. No hagas bromas con esto.
-Pero, ¿qué te ha dicho?-pregunto.
-Nada, es un gilipollas.
-No lo conoces para decirle gilipollas de buenas a primeras- digo.
-Pues es un chico que recoge las pelotas de béisbol- explica Rachel.
Echamos a reír por el hecho de que recoja pelotas, no nos reímos del chico.
-A mi no me hace gracia- dice Emily seria.
-Que no nos estamos riendo de ti- dice Rachel.
-Me da igual, no quiero hablar de este tema- zanja Emily.
Me quedo con mal sabor de boca, no le queríamos hacer enfadar ni nada por el estilo. Entonces, saqué mi ipod y me puse los auriculares para escuchar Whenever de BEP. El sol impactaba sobre mi cuerpo y hacia que el frío zarpase hacia otro destino. Entonces realmente no podía pensar en nada más. Estaba quedándome dormida cuando Rachel y Emily se me tiraron encima riendo. No entendía nada pero me reía con ellas igualmente.
Sonó de nuevo el timbre y todo el pasillo se llenó inmediatamente de gente dispuesta a pisar a cualquiera con tal de conseguir lo que desean. Las clases se me hicieron eternas. Cada minuto parecía un año. Mis parpados se cerraban. Estaba muy cansada. La profesora de lengua seguía hablando como una cotorra. al ver que yo no prestaba atención me dijo:
-Nicole, nos puedes ayudar con esta frase.
Yo como no tenía ni idea, dije después de ver que nadie me iba a chivar nada:
-Lo siento, no puedo.
-¿Porqué no prestas atención?- tenia ganas de tocarme las narices.
-Estaba prestando atención pero es que este tema no lo entiendo- me excusé.
-Ya hablaremos de este tema en privado.
Agaché la cabeza de nuevo y seguí a lo mio, me daba igual que aquella clase no me sirviese para nada, total, solo era una en la que no prestaría atención.
La hora pasó más rápido. Todos mis compañeros me miraban mal al salir de clase, pero odiaba a todos aquellos empollones de mierda. Me daba igual lo que pensasen de mi.
Recogí mis cosas la ultima y me apresuré a salir antes de que la profesora se diese cuenta de mi ausencia. No quería hablar con ella. Fui al baño y me cambié de ropa, odio el traje del colegio, ¿lo he dicho?
Allí, en el pie de la escalera del instituto estaba Jake. El sol derretía su piel bajo su camiseta blanca y sus tejanos. Tenía el pelo mojado, supongo que se habría duchado en la clase anterior. Hacíamos clases separadas, únicamente había una en la que dos cursos se juntaban.
Me sonrió y le devolví la sonrisa. El corazón me latía a mil. Quería morir. ¿Morir antes de estar con él? No, que va. Prefería mil veces más estar con él.
-Hola- se acercó a mi y se me acercó para darme dos besos. Pasó su mano por mi dorso, acercándome a su cuerpo y le dí dos besos. Olía a menta fresca, mi olor favorito.
-Hola tonto.
-Eh, ¿y eso a que viene?- dice extrañado.
-Tienes cara de tonto.
-¿Tonto?- se calla y gira la vista.
Me río porqué se hace el enfadado mientras ríe y hace ver que no estoy.
-Era una broma, feo.
-¿Feo? ¿Acaso te parece que este cuerpo es de un tío feo?- se levanta la camiseta y deja ver su torso musculado, sus abdominales y pectorales bien definidos a base de trabajo.
Me acerco a él y bajo su camiseta, pasando mis manos por encima. Mis manos se posan en su nuca, me acerco a él. Su cara y mi cara. Me mira con expectación. Y de golpe giro la cabeza y le susurro a su oreja:
-Odio ser el centro de atención.
Él pasa sus manos por mi espalda y me empuja hacia él de nuevo. Entonces él me susurra:
-Me vas a acabar besando.
-No te lo creas tanto- respondo a su susurro con otro.
Entonces me escapo de entre sus brazos y se queda sorprendido de mi agilidad. Me pongo a correr y él me persigue. Llego a una esquina y me escondo, pasa de largo y no me ve. Entonces se gira y sonríe, persiguiéndome por las calles de San Francisco repletas de gente.  Llegamos a la escuela de nuevo, solo hemos corrido por la manzana, y me meto en el coche. Él entra también y me dice:
-No arranques el coche- está serio.
Me quedo sorprendida.
-¿Porqué?
-Vamos en el mío.
Me pongo a reír porqué pensaba que sería algo más importante. Cierro el coche con todas mis cosas en el maletero, y llevándome todo lo de valor en mi bolso mientras Jake está detrás mio. Agachada, dejando las cosas en maletero me giro y le miro. Le espeto:
-¿Que estabas mirando?
-Tu precioso maletero- dice haciéndome sonrojar.
Acabo de ordenar todo lo que tengo allí y cierro el coche a cal y canto. Jake está más cerca de mí por detrás y me pasa los brazos entre los míos, dice:
-Te voy a llevar a un sitio que no esperas.
Me quedo callada, porque no se que hacer. Suelta sus manos y va hacia el coche diciendo:
-Va, ¡venga! No tengo para todo el día.
Me monto en un jaguar plateado muy bien cuidado. Jake pone la música. Trasteo todas las canciones, viendo que le gusta música hause, como a mi. Pero pongo Bumpy Ride de Mohombi. Entonces llegamos al destino. ¡Qué rápido!
Llegamos a un aparcamiento donde Jake para el coche. Me bajo de aquel lugar con mi uniforme ridículo. Me hace sentir pequeña. Cojo mi bolso y me lo cuelgo. Subimos por un ascensor hasta la planta baja. Allí encontramos una recepción muy lujosa. Un hombre de avanzada edad está en ella. Jake se acerca y pregunta:
-Perdone, ¿una mesa a nombre de Wilson?
-Sí, acompáñenme.
Jake me cogió de la mano y me perdí en mi cabeza al oler menta, al oler a Jake.


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