viernes, 4 de febrero de 2011

Capitulo 4: ¡Pelea!

En el coche, mientras suena un tema de Tiesto, soy la persona mas feliz del mundo. Sin embargo, al llegar al aparcamiento del instituto y sacar las llaves de contacto, mi humor cambió. Mi corazón latía más rápido por el simple hecho de hecho de pensar que hoy, Jake, me había invitado a comer con él.
Veo a Rachel y a Emily en las escaleras, sentadas. Hablan y ríen, difícil de creer, pero agradable. Les saludo con la mano y ellas me responden con unas anchas sonrisas. Camino rápido entre la gente. Llego hasta ellas, como cada mañana y les digo:
-¡Hola!
-Hola -contestan a unisono.
-¿Vamos?- pregunto haciendo ademán de subir las escaleras.
-¿No nos vas a explicar que tal va con Jake?- pregunta Emily.
-No tengo nada con él.
-¿Seguro?- pregunta Rachel.
-Si- respondo.
-¿Segurísima? - insiste.
-Absolutamente.
Empezamos a reír, dado que esas preguntas son habituales entre nosotras cuando hay algo por hablar.
-Anda, vamos que llegamos tarde.
Llegamos al final de las escaleras, entramos en el instituto y dejamos las cosas en nuestras respectivas taquillas. Mientras cojo los libros de las tres primeras horas y los pongo en mi mochila, noto una mano en mi hombro. Me giro de sopetón.
-¡Hola!- es Kevin.
-Hola- contesto decepcionada después de ver de que la mano que realmente quería que me tocase era la de Jake.
-¿Como estás?- pregunta con una ancha sonrisa.
-Bien, sin ganas de empezar las clases, pero bien- contesto intentando hacerme la simpática. Después de todo solo es un chico amable que no me ha hecho nada para que le conteste mal.
Me hace una sonrisa, esperando que le pregunte como está él. No puedo fingir tanto, tengo un límite.
-Me alegro. Yo tampoco tengo ganas de hacer clase. Tengo filosofía.
-Vaya-intento disimular pero no tengo mucho éxito. Hasta un ciego se daría cuenta de que mi desinterés supera con creces. Por suerte, veo a mis amigas, unos metros más allá, las saludo con la mano, intentando hacerles ver que es una señal de socorro. No lo pillan, así que decido tomar la iniciativa buscando una escusa para quitármelo de encima.
Todos mis libros van a caer al suelo. Se esparcen mis hojas por el pasillo. La gente no se para a recogerlas, siguen avanzando. En este mismo instante los asesinaría, uno por uno, les pegaría mil tiros en la cabeza, hasta matarlos a todos. ¡¡¿¿Que no ven que se me han caído todas las malditas hojas??!! Nadie se para. Me agacho junto a Kevin a recoger las hojas pero antes de que me de cuenta veo a Jake en el suelo gritando:
-¡¿Que no ves que estas pisando una hoja, capullo?!- dice a un chico.
Sin querer se me sale una pequeña sonrisa. Llevo esperando ver el rostro de Jake desde ayer, pensando en él, en que hacer, en como recogerme el pelo... Pero al final decidí actuar y ser como realmente soy yo. Impulsiva y visceral.
La verdad es que yo le hubiese dicho lo mismo, ¿no puede evitar pisar la maldita hoja?
Ahora creeréis que soy una borde, una antipática o simplemente gilipollas, pero odio la gente egoísta que no puede pararse a recoger una simple hoja. ¿En que mundo viven? Te miran mal, con cara de asco, te critican, te ponen motes... Pero digo yo, ¿y ellos quien coño son? ¿Que derecho tienen? No entiendo como pueden llegar a ser así. Este tema me supera.
El chico mira mal a Jake y sigue caminando, pisando todas mis hojas. Jake se levanta y se pone delante del chico, él dice:
-¿Que haces, gilipollas?
Jake, inmediatamente contesta:
-Te voy a partir la cara como me llames gilipollas.
El chico con aires de chulo, come un chicle. Entonces, responde:
-No me hagas reír.
Jake le coge por la camisa y lo estampa contra las taquillas. El chico no tiene tiempo para moverse cuando se ve entre la taquilla y el puño de Jake. Entonces, antes de que le pegue, me meto en medio y grito:
-¡¡¡¡Jaaaaaaaaaaaaaake, para!!!!
Le cojo el puño y me cuelo entre los dos chicos. Empujo el cuerpo de Jake hacia atrás y le abrazo. Veo las caras de sorpresa de Rachel y Emily, mientras los brazos de Jake se cierran a mi alrededor. Apoyo mi cabeza contra su pecho. Oigo su corazón latir rápido y unos tacones acercarse.
-Señorita Harrison y ustedes dos, vengan conmigo.
Dos días, dos llamadas de atención. Espero que esta no sea grave, de lo contrario estoy perdida. Jake me coge la mano y me susurra mientras caminamos por los largos pasillos del instituto:
-No te preocupes.
Mi corazón late a mil. Noto el aliento de Jake en mi cabeza. Es más alto que yo.
Llegamos a el despacho. La directora nos pone un castigo a los tres, pero no llama a nuestros padres. Ayudar en las fiestas del colegio ya es suficiente.
Al salir del despacho Jake me dice:
-A las dos te espero en la puerta, tenemos algo pendiente.
Hay algo en su rostro que hace que me lo tome en serio, que vea que hay un cierto sentimiento de él hacia mi.

1 comentario: